Confirmado: - ¿Usted fue anarquista?
Antonio Porchia:
- Fui muchas cosas. Tantas, que no estoy en ninguna cosa.
C. - ¿Pero qué
hubiera querido ser?
A. P - Ahora no
sabría elegir.
C. - ¿Y antes?
P. - Antes
elegía lo más importante.
C. - ¿Qué le
parecía lo más importante?
A. P. - Lo que
ahora me parece menos importante. Comenzaba sabiendo mucho y terminaba no
sabiendo nada.
C. - ¿Escribe
todos los días?
A. P. - Hace
mucho que no escribo.
C. - ¿Por qué?
A. P. - No sé
qué podría escribir.
C.- ¿ Describa
un día de su vida. Por ejemplo, a qué hora se levanta?
A. P. - Me
levanto... no sé... nunca tuve ningún orden. A veces me levanto... yo viví el
minuto, y el minuto pasa. Pasan cosas. Cuando recuerdo me cuesta saber si son
cosas que me pasaron a mí o a otros o si son cosas que pasaron.
C. - Después de
levantarse, ¿qué hace?
A. P. - Podría
decir que no hago nada, si supiera qué es eso de no hacer nada.
C. - ¿Cree en
algo?
A. P. -
Actualmente me cuesta creer. No pude comprobar nada. Siempre me encontré con
que las cosas eran otras cosas.
C. - ¿Está
desilusionado de algo?
A. P. - No es
una desilusión, ni una derrota, pero me cuesta admitir y no admitir. Prefiero
callarme, particularmente con las personas que me merecen respeto. No confío en
ninguna certidumbre. Las certidumbres sólo se alcanzan con los pies.
C. - ¿Ninguna
certidumbre?
A. P. - Admito
que esto que tomamos es vino, pero si pienso mucho ya me quedé sin pensar.
Pienso como no pensando Si pienso el pensamiento me lleva lejos de esto.
C. - ¿Alguna vez
le interesó la política?
A. P. - La
política nunca fue una pasión para mí. Pero veía sufrir. Unos sufrían y otros
no sufrían. Uno es todo, la vida es uno. Cada instante deja de ser uno para ser
otro, para no ser lo que fue, lo que es.
C. - ¿Qué es lo
que más le importa en la vida?
A. P. - Lo que
más me importa... digamos mejor lo que más me ha hecho pensar. Lo que más me ha
hecho pensar en la vida es lo poco que es la vida
C. - ¿En qué
sentido?
A. P. - En todo
sentido, y no porque crea que es poco. La vida no existe, no está porque si
estuviera, estaría siempre y como es. La vida parece ser. Ese minuto pasa y una
vez que pasó no fue, porque no es. Es una cosa total. Uno está hecho de todo y
de todos y es todo pero no es uno. Uno no se encuentra nunca como yo, como uno.
Se encuentra como cosas, como personas, como tiempo.
C. - ¿Por qué no
se casó nunca?
A. P. - Para no
comprometerme, para no comprometer.
C. - ¿Tiene
sueños?
A. P. - Pocos;
los sueños no tienen valor especial para mí. Duermo para descansar, para poder
vivir. Cuando sueño algo, después de un tiempo no sé si fue un sueño o si lo
pensé, simplemente.
C. - ¿Está
siempre sólo?
A. P. - Recibo
amigos, principalmente jóvenes, poetas. No me siento diferente a ellos. me
acompaño.
C. - ¿Hay algo
en lo que aún cree?
A. P. - Creo en
el hombre. Creo en el hombre lo que creo en mí, ni más ni menos.
Eso casi nunca es nada.
Reportaje publicado por la revista “Confirmado” el 14
de Marzo de 1968, casi exactamente 6 meses antes de la muerte de Antonio
Porchia. El mismo reportaje fue reproducido por la revista “El Lagrimal
Trifulca” en el mes de Diciembre de 1975 en la ciudad de Rosario, provincia de
Santa Fe en Argentina.
Este reportaje fue enviado por Diana Cegelnicki,
profesora de literatura radicada actualmente en Paraguay a quien agradezco su
colaboración.
Eso casi nunca es nada.
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